El secreto para que
una idea se vuelva viral
Publicado en Gerencia al Día
¿Se ha preguntado
porque su compañero es más ingenioso para plasmar ideas y volverlas famosas?
Pues bien, el ser e intuitivo para destacar algo que tal vez puede ser
atractivo para las personas no viene de la nada. Conozca por qué.
¿Qué hace que un
artículo, un video o una foto se conviertan en un éxito en internet? ¿Qué nos
lleva a compartir con nuestros amigos determinados contenidos en Facebook o
Twitter? ¿Cuál es el secreto para que una idea se vuelva viral y llegue a
millones de personas a través de la red?
Científicos de la
Universidad de California – Los Ángeles (UCLA, por sus siglas en inglés)
parecen haber dado con la respuesta a algunas de esas preguntas.
En un reciente estudio
lograron identificar por primera vez el área del cerebro asociada con el
reconocimiento y expansión de las ideas exitosas.
Según la
investigación, publicada en la revista Psychological Science, se trata de la
llamada unión temporoparietal (TPJ, por sus siglas en inglés), una región
cerebral que se activa cuando vemos algo que creemos que vale la pena
compartir.
Los científicos
comprobaron además que, cuánto más activa está la TPJ, más persuasivos somos a
la hora de “vender una idea”.
“Queríamos averiguar
cuáles eran los procesos neuronales que hacen que veamos algo y decidamos que
queremos compartirlo con otras personas”, le explicó a BBC Mundo Matthew
Lieberman, uno de los responsables del estudio junto con la estudiante de
doctorado Emily Falk.
“Nuestra investigación
sugiere que los seres humanos estamos siempre pendientes de cuán interesantes y
útiles son las cosas, no sólo para nosotros sino también para los demás”,
señaló el experto.
Programas de
televisión
Para llevar a cabo el
estudio, los investigadores sometieron a 19 estudiantes a una resonancia
magnética mientras les proyectaban 24 programas piloto de televisión ficticios.
Se les pidió que se
imaginaran que eran becarios de un canal de televisión y que debían presentar a
sus productores los programas que creían que tenían más potencial.
Luego 79 estudiantes
adoptaron el rol de productores. Les hicieron ver los videos en los que los
becarios “vendían” los programas piloto que habían seleccionado y les pidieron
que calificaran las ideas en base a esos videos.
Los investigadores
descubrieron que a los estudiantes que actuaron como becarios se les activó la
unión temporoparietal cuando identificaron los programas que pensaban iban a
ser más exitosos.
Además, los resultados
mostraron que los estudiantes que mejor persuadieron a los productores de las
bondades de los programas que habían seleccionado fueron aquellos que
registraron una mayor activación de la TPJ al reconocer las ideas que iban a
vender.
Esta activación no
solamente era mayor que en el caso de aquellas personas que resultaron menos
convincentes para los productores, sino que también superaba a la que ellos
mismos habían registrado cuando habían sido expuestos a los programas que no
les habían gustado tanto.
Mentalizar
“Cuando a los
participantes se les presentaron esas ideas esperábamos que se activaran las
regiones cerebrales relacionadas con la memoria pero no fue así”, señala
Matthew Lieberman.
“En cambio comprobamos
cómo, cuando los participantes identificaban una idea que querían hacer llegar
a otras personas, el área cerebral que registraba actividad era la TPJ, que es
la región involucrada en pensar sobre lo que sienten y piensan los demás”.
Según explica
Lieberman, la unión temporoparietal es la zona que normalmente utilizamos para
mentalizar, “que es el proceso que nos permite comprender que otras personas
tienen puntos de vista diferentes o diferentes sentimientos o reacciones”.
“Es la zona del
cerebro que utilizamos cuando intentamos decidir si alguien está siendo honesto
con nosotros o cuando nos metemos en la mente del protagonista de una novela o
una película”.
“Cuando sabemos que
alguien se acaba de divorciar o ha perdido un ser querido, el sistema de
mentalización es crítico para sentir empatía por esa persona”, señala
Lieberman.
“Hemos descubierto que
una mayor actividad en la TPJ está asociada con una mayor habilidad para
convencer a otros de que una idea es buena”.
“Se podría pensar que
las personas son más entusiastas con las ideas que ellos mismos encuentran
interesantes, pero nuestra investigación demuestra que no es del todo así.
Pensar en lo que puede resultar atractivo para los demás parece ser incluso más
importante”, asegura el investigador.
Lieberman y su equipo
creen que estudiar la TPJ para descubrir qué tipo de informaciones e ideas
activan más esa región cerebral podría ayudar a predecir qué campañas de
publicidad tienen más posibilidades de volverse virales.
Además, podría ayudar
a hacer más efectivas campañas de salud pública para, por ejemplo, reducir los
comportamientos de riesgo entre los adolescentes o combatir el tabaquismo o la
obesidad.
BBC/F.com
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