“Creer para Crear Transformando la Realidad”
“Qué fácil es creer cuando lo tenemos todo pero qué difícil es
hacerlo cuando lo hemos perdido y no nos queda nada” fueron las palabras de
Fernando Landeros, presidente de
Fundación México Unido durante la celebración del Teletón de
México el año pasado.
Vaya que es difícil creer y mantenerse firme, con pensamientos
positivos y actitud ecuánime cuando los medios bombardean con noticias sobre el
2009 como uno de los peores años de la historia.
Vaya que es difícil creer y estar alegre cuando la mayoría de
tus amigos o compañeros de trabajo pronostican catástrofes, crisis o
desilusiones en tu vida.
Vaya que es difícil creer cuando observas que el ancho de la
población está escondida en sus casas con pánico gracias a la inseguridad, secuestros,
violencia en las calles o hasta porque algunos políticos andan sueltos.
Definitivamente el miedo paraliza.
Entonces... ¿Se puede seguir creyendo?
Claro que se puede y se debe de seguir creyendo, no en los
sistemas políticos, ni en los comentarios negativos de la gente ni en el drama
de muchos medios de comunicación. No podemos depender de otros, colocando nuestra estabilidad
y felicidad en las decisiones o pensamientos de los demás.
Se puede y se debe seguir creyendo pero en nuestra capacidad
para hacer que las cosas sucedan, modificar nuestro entorno y cambiar el futuro.
Debemos seguir creyendo en esa extraordinaria habilidad del ser humano para
adaptarse a cualquier circunstancia desconocida y tomar las riendas de su vida
a pesar de la adversidad.
Hay que volver a creer en nuestros sueños y anhelos. Hay que creer en esa esperanza de que cuando estemos viejos, pondremos la vista atrás y nos daremos cuenta de que
estamos en paz por haber hecho lo que realmente deseábamos de nuestra existencia
y que hubo muchas épocas que tal vez no fueron las mejores, pero sin lugar a dudas
fueron las que más nos hicieron crecer.
Todo es parte de un plan perfecto. Hay que creer que tarde
que temprano la vida nos recompensa. Pero esa recompensa llega mientras estemos
trabajando, conectados con nuestra esencia, siendo quien realmente estamos
llamados a ser, no viviendo de la maldad, la injusticia, la corrupción o el
drama, sino por y para el amor con una visión optimista.
Hay que volver a creer y creer en serio, de corazón, e inclusive
agradecer todas las crisis (reales o inventadas) ya que son extraordinarios
“pretextos” para dar lo mejor de nosotros mismos, para mejorar e ir más allá de
nuestros límites. Puedo asegurar que muchas empresas y profesionistas ahorita
seguirían en su zona de confort si no les hubiera llegado esa “llamada de
atención”. A veces necesitamos una caída para levantarnos con más fuerza.
Por otra parte, muchos desafortunadamente siguen deseando
tener resultados distintos haciendo exactamente lo que llevan haciendo desde
años, y son los primeros que “saltan” diciéndote: ¡ah cómo me pegó la crisis!
Cada quien habla de acuerdo a como le fue en la feria. La
crisis tiene la carga (positiva o negativa) que nosotros le otorguemos.
Einstein lo dice de una forma muy concreta: “la imaginación lo es todo, es una
visión anticipada de las atracciones de vida que vendrán”.
Somos capaces de
construir nuestra historia a pesar de la adversidad. De nosotros depende ver
cualquier crisis o situación difícil como un acertijo sin respuesta, venganza divina
o como una valiosa oportunidad llena de mensajes, regalos y enseñanzas.
El mundo no necesita más ciudadanos que sólo se quejen o
critiquen, eso cualquiera lo hace. Este mundo necesita personas que CREAN, que
transformen su realidad positivamente y encaren el compromiso de ser mejores,
que puedan levantar la mirada al cielo y digan con esperanza: ¡GRACIAS BENDITA
CRISIS!...esas personas saben que lo mejor está por venir.
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