7 cosas por las que los madrugadores se diferencian del resto
Para muchos de nosotros, este reloj interno (llamado ritmo circadiano) tiene programado de forma natural un ciclo ligeramente superior a 24 horas. Alrededor de una cuarta parte de la población tiene un ritmo circadiano de más de 24 horas, lo que provoca que estas personas quieran acostarse más tarde. Otra cuarta parte de la población tiene un ritmo circadiano que dura menos de 24 horas, lo que hace que estas personas se levanten más temprano por las mañanas.
Los tres grupos
de personas (las que se acuestan tarde, las que se levantan temprano y
las que se sitúan en un término medio) constituyen lo que llamamos
“cronotipos”. La típica división entre madrugadores y trasnochadores
puede deberse a una cuestión científica. La mayoría de las personas no
es ni una cosa ni la otra; son neutras, pertenecen a un tipo intermedio,
y suelen levantarse cuando se hace de día y desconectar cuando empieza a
hacerse de noche, afirma Frederick M. Brown, profesor asociado de
psicología y director del Human Performance Rhythms Laboratory de la
Universidad Estatal de Pensilvania.
Entre las
personas diurnas y las nocturnas también hay casos extremos y leves,
asegura Michael Smolensky, de la Universidad de Texas en Austin.
Utilizando un símil ornitológico, los más madrugadores serían alondras y
los más trasnochadores, búhos.
Cuanto más
extremo sea el cronotipo, más difícil resultará a la persona cambiar sus
hábitos del sueño. En algunos casos, las “alondras” se levantan incluso
antes de que se haga de día, afirma Brown. “Su reloj interno les dice
‘Ya has dormido suficiente, puedes levantarte’, independientemente de lo
que diga su despertador, y de que sea o no de día”, explica. Limitar el
uso de luz artificial por la noche y dejar que entre luz natural por la
mañana puede ser útil para cambiar los ciclos de sueño, hasta para los
“búhos”.
Con la edad, nuestros cronotipos
cambian, al menos ligeramente. Los adolescentes suelen ser más
trasnochadores, asegura Brown. Como el tiempo total de sueño disminuye
con la edad, las personas mayores tienden a hacerse más madrugadores. En
cambio, según el profesor Brown, la mayoría de nosotros somos neutros.
Aunque
las verdaderas “alondras” no son muy frecuentes, puede que tú seas una
de ellas si te identificas con las siguientes afirmaciones.
1. Los madrugadores son más felices
Una
persona diurna suele tener una actitud más alegre. Las investigaciones
sugieren que existe un vínculo entre la felicidad y los jóvenes con
hábitos diurnos, pero, Renee Biss, estudiante de la Universidad de
Toronto y del Rottman Research Institute, y sus compañeros se empeñaron
en incluir a los adultos y ancianos en la ecuación. “Descubrimos que la
diurnidad tanto en jóvenes como en mayores estaba asociada a un mayor
número de experiencias positivas”, cuenta al HuffPost. Los madrugadores
también afirmaron que se sentían más sanos, nos explicó.
Hay
dos explicaciones posibles, cuenta Biss. Puede que los trasnochadores
sean menos felices porque el horario de 9 a 5 les resulta mucho más
duro, o puede que haya “algo beneficioso en el hecho de levantarse
temprano”, explica, como una mayor exposición a la luz natural, que
actúa como estimulante.
2. Sacan mejores notas
Según
un estudio de 2008 de los alumnos de la Universidad de Texas, las notas
de los estudiantes que se identificaron como personas diurnas eran un
punto superior a las de sus compañeros nocturnos, tal y como informó
WebMD. Esta diferencia en los resultados podría deberse a los patrones
de comportamiento de las personas diurnas: tienden a acostarse más
temprano, por lo que evitan un buen número de actividades nocturnas que
les podrían distraer, y además se levantan temprano, lo que hace que les
resulte más fácil llegar a clase a tiempo y encontrar más huecos para
estudiar, explicó a WebMD el investigador Daniel J. Taylor, profesor
adjunto de psicología en la Universidad del Norte de Texas.
3. No le dan al botón de repetición de la alarma
¡Porque
no lo necesitan! “En general, las personas diurnas se despiertan
rápidamente, sin apenas aturdimiento”, listas para empezar directamente
con el grueso de la actividad, asegura Brown. Las personas diurnas
muestran “mucha energía y alegría por la mañana”, afirma Smolensky.
4. Son más productivos… (adivina)… por la mañana
Antes
de que un búho se sacuda el rocío de la mañana, la alondra ya ha salido
a correr, se ha preparado el desayuno y ha mandado unos cuantos
e-mails. Las alondras prefieren planificar sus actividades por la mañana
temprano, sobre todo si se trata de algo “que plantea un desafío
cognitivo”, asegura Biss.
5. Son más meticulosos
En
la gama de personalidades, la gente más meticulosa es también más
eficiente, organizada y con claros objetivos, además de que normalmente
también prestan más atención a los detalles. Algunas investigaciones
asocian a las personas diurnas con la meticulosidad, explica Brown, pues
suelen estar “más alerta, casi ansiosas, en un sentido positivo”,
afirma. La meticulosidad también se cita en algunos artículos como la
razón de que las personas diurnas se anticipen a los problemas y
reaccionen con más rapidez ante los mismos.
6. Tienen menor riesgo de depresión
Algunos estudios vinculan el deseo de quedarse despierto hasta tarde con un mayor índice de depresión.
Sin
embargo, no está claro si esto se produce por algo inherente a las
personas nocturnas o por las exigencias que impone la sociedad. “Las
personas diurnas son las que han establecido las reglas de la sociedad:
cuándo hay que levantarse, cuándo se organiza todo y cuándo hay que
cerrar”, asegura Brown. “La gente nocturna no tiene elección”, y a
menudo se pasa la vida con una falta de sueño crónica. Esto ya es
suficiente para poner en riesgo la salud física y mental de cualquiera.
7. Pueden ser más simpáticos
En
un pequeño estudio de 2013, se mostró que las “alondras” tenían menos
probabilidades que los “búhos” de poseer rasgos de personalidad propios
del “triángulo oscuro” (narcisismo, maquiavelismo y psicopatía), puesto
que la oscuridad de la noche permitiría que las personas nocturnas
llevaran a cabo maniobras oscuras sin ser pilladas.
Fuente:
elartedesabervivir.com
El pasado es tormentoso en algunos
momentos de la vida, cuando los recuerdos no son agradables y nos
torturan a cada paso, cuando existen sentimientos como odio o rencor y
que en vez de que disminuyan o desaparezcan van creciendo y
convirtiéndose en una carga en nuestra vida; es momento de detenernos y
aprender a eliminar ese pasado que no ayuda y que ya no podemos cambiar,
transformar esos sentimientos de odio en perdón.
Para
nadie es agradable haber vivido una relación difícil, ya sea con un
familiar, amigo, pareja, etc., que nos ocasionó un dolor profundo y que
no hemos podido perdonar o superar, pero si esa persona llega a morir,
esto se convierte en un sentimiento de culpa de lo que pude haber hecho,
no tenemos que esperar a que algo así suceda para poder sanar y cerrar
esos círculos; si te lastimó y te dolió, no tienes por qué vivir con
una carga que no te permite abrir tu mente a nuevos horizontes.
Aquí 6 tips para vivir tu presente y dejar atrás a ese pasado que no te hace bien.
1. No te lamentes por lo que ya sucedió. Vivir
siendo víctima de tu propia historia no es nada agradable, tú debes de
ser el personaje principal de tu historia, el héroe, el que siempre hace
el bien y sale triunfador.
2. No repitas los errores del pasado. Si
es de humanos equivocarse y te paso una vez, no permitas que sucedan
nuevamente las mismas historias, aprende de ellas y busca siempre ser
mejor.
3. Acepta tu realidad. Cada
persona escribe su propia historia y construye su destino, no vivas
pensando en que si hubieras hecho tal o cual cosa sería diferente, esta
es tu realidad y de ti depende cambiarla de manera favorable.
4. Pensamientos y sentimientos. Está
comprobado que la manera en la que nos sentimos es a raíz de lo que
pensamos, busca siempre ser una persona optimista y verás cómo cambias
el color de las cosas.
5. Vive tu presente. Esta
es la mejor receta para disfrutar de una vida plena y llena de paz,
valorando lo que tienes y agradeciendo lo que los demás hacen por ti,
buscando el bien y disfrutando cada amanecer, no pensando en tu ayer ni
en tu mañana.
6. El tiempo no regresa. No
podemos regresarlo como si fuera una película y cambiar esa escena que
no nos quedó bien; en la vida, todo aquello que hiciste y dijiste ya
está filmado, pero la decisión de seguir aferrado a un pasado doloroso
y difícil de modificar es sólo tuya. Tienes un presente maravilloso,
con la oportunidad de ser mejor, cada día vivido es una página más en el
libro de tu vida, llénalo de cosas agradables y, si en algún momento te
quieres sentar a leerlo, puedas disfrutar, reír y posiblemente volver a
llorar esa historia que tú y nadie más quiso escribir así.
Fuente:
elartedesabervivir.com
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