Si sientes que tu día no rinde, que trabajas duro y no avanzas en tus pendientes importantes y
te invade una sensación de frustración por no “ser productivo”, puedes
estar tranquilo: no eres el único. Muchos empleados, jefes y dueños de
negocios se sienten insatisfechos con su trabajo al finalizar la jornada
laboral, y esto tiene que ver principalmente con que creen que “el
tiempo no les alcanza”. Sin embargo, en la mayoría de los casos lo que
se requiere no es un par de horas extra en el día, sino aprender y
dominar algunas técnicas para lograr que las horas con las que ya
contamos rindan al máximo.
En el libro Esencialismo (ed. Aguilar, 2014), Greg McKeown propone una estrategia “simplificadora” cuya
finalidad no es hacer más en menos tiempo, sino para hacer las cosas
adecuadas. De acuerdo con el autor, distinguir lo que es absolutamente
esencial y eliminar lo que no es, es decir, enfocarnos en las cosas que
realmente importan, es la clave para una vida personal y profesional
exitosa y balanceada.
De acuerdo con McKeown, éstas son algunas claves para sacar el máximo provecho de tu jornada laboral… y, en general, de tu vida.
Elimina el ruido
No nos referimos a aislarte del entorno
con un par de audífonos (aunque esto también es necesario de vez en
vez): se trata de hacer de la sencillez tu estilo de trabajo. ¿Alguna
vez has escuchado que menos es más? El autor del libro cree que el
secreto para tener una jornada productiva no es buscar hacer más cosas
en menos tiempo, sino saber elegir las tareas para llevar a cabo.
“El camino del esencialista implica aprender a identificar la
diferencia, filtrar las opciones y seleccionar las que realmente son
esenciales”, explica. En lugar de dividir tu tiempo y energía en muchas
actividades, aprende a invertirlos de manera inteligente. Esta tarea
requiere una gran disciplina, pero créenos: el esfuerzo bien valdrá la
pena.
Aprende a decir “no”
¿Cuántas veces has lamentado haberte
comprometido con algo y preguntado, “por qué dije que sí a esto”? A
partir de hoy, antes de consentir a algo, pregúntate: “¿en realidad
puedo cumplir esta solicitud considerando el tiempo y los recursos de
que dispongo?” “¿Es esto lo más importante que debería estar haciendo
con mi tiempo y mis recursos en este momento?”. “Si no puedes responder con un ‘sí’ rotundo, rechaza la petición”,
explica McKeown. Quédate únicamente con los proyectos significativos y
valiosos para la empresa. Al poco tiempo, quienes te rodean comenzarán a
respetar y valorar tu trabajo como nunca antes.
No cedas ante la presión
¿Cuántas personas que conoces no viven
abrumadas por las presiones que las rodean? A esta “dolorosa situación”
el autor la conoce como “La paradoja del éxito”. Solemos comprometernos a
completar tareas no porque las consideremos necesarias, sino porque
cedemos ante las presiones ejercidas por el entorno. ¿La solución? No digas que sí sólo para complacer.
Si tratas de mantener feliz a todo el mundo, sacrificarás lo más
importante. “Si tú no estableces prioridades en tu vida, alguien más lo
hará”, comparte el experto. Di que no con firmeza, determinación y
elegancia.
Enfócate en resolver tus problemas
¿Eres esa persona que ha asumido el
papel de ángel guardián y soluciona los problemas de todos los demás?
Estás ejerciendo un daño doble; a ti mismo y a la persona que crees
ayudar. Si les quitas a los demás sus problemas, les estás quitando
también la habilidad para resolverlos. No permitas que otros drenen tu
tiempo y energía para su beneficio. Levanta tus cercas, es decir, pon
tus límites y desvía a las personas que sólo te hacen perder el tiempo.
¿Estimas que tardarás 10 minutos? Considera el doble
Las personas suelen ser demasiado
optimistas con el tiempo que creen que le tomará llevar a cabo sus
actividades. Como resultado, con frecuencia llegan tarde, y viven en un
constante estado de estrés y de culpa. “La falacia de la planeación” es
un término que fue acuñado en 1979 por Daniel Kahneman, y que se
refiere a la tendencia de la gente a subestimar el tiempo que tardará en
completar una tarea. Rompe este ciclo de una vez por todas. Esto no
sólo aliviará el estrés de llegar siempre tarde, sino que además te
permitirá administrar mejor tu tiempo.
Excelente articulo! (y)
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