Como LIDIAR con la RESISTENCIA que te RODEAN
Es curioso
como a veces las circunstancias conspiran para que escriba un artículo. Esta vez
han coincidido el capítulo del libro que estaba leyendo (mientras recordaba mi
propia experiencia) y los comentarios de varios lectores y de algún cliente.
Hablando, nada más y nada menos, de la resistencia de algunas de las personas
que te rodean a que cambies. Así que decidí escribir este artículo.
La realidad
es que, en general, los grandes cambios generan resistencia por parte
de las personas más cercanas. No de todas, claro, puedes tener la suerte de que
tu pareja, tu familia o algunos de tus amigos te apoyen al 100%. Pero en
general, ante grandes cambios te encontrarás con resistencia, y es importante
que lo sepas y que estés preparada porque se pueden generar conflictos.
Considera
esta situación: después de muchos titubeos has decidido darle un giro a tu vida,
cambiar de profesión, crecer como persona, lo que sea. Te ha costado tomar la
decisión y afrontas el comienzo con algo de miedo e inseguridad y, por
supuesto, esperas el apoyo de los que te rodean y además lo necesitas. La
sorpresa llega cuando el esperado apoyo no aparece, o no del todo. A las
personas que son importantes para ti parece no gustarles el cambio, incluso
aunque sea para bien. O bien se oponen, o le ponen trabas a todo o te
desaniman, o incluso se enfadan y te tachan de loca. ¿Te ha pasado alguna vez?
Justo cuando más necesitas su apoyo, te llueven las críticas y los comentarios
negativos.
Es normal y
muy frecuente. La cuestión es que todas esas personas se han acostumbrado a tu
antigua forma de ser, a tu antigua identidad y para ellos también es un
desafío tener que acostumbrarse a la nueva tú. Muchos lo harán poco a poco, pero
otros no. Saber que esta oposición es en cierto modo natural y que pasará (porque
te aseguro que pasará) es un alivio, pero no va a eliminar los malos ratos y
posibles discusiones.
De hecho,
este tipo de reacciones por parte de los que te rodean, sobre todo
si no las esperabas, provoca dos cosas:
1) que en lugar de comentar tus planes
con ilusión, como tenías previsto, tengas que convencer (debido la necesidad de
aprobación que tenemos). Lo que hace que aumente tu inseguridad y que tengas
más dudas.
2) que pierdas la paciencia y te enfades, reaccionando de formas que no son las
más adecuadas y no benefician a nadie, y mucho menos a ti.
Por supuesto
es normal, y no tienes que culparte a ti misma, simplemente
encontrar formas más constructivas de mejorar la situación. No es bueno tener
una actitud pasiva y dejarte llevar por la opinión de los demás, o no decidirte
a dar el paso para evitar futuras confrontaciones. De hecho, eso podría generar
resentimiento y dar el mismo resultado a la larga. En todo caso si estás o
temes estar en esta situación, esto puede ayudarte:
Acepta que
vas a encontrar resistencia por parte de tus seres queridos, que no te
pille desprevenida. No lo hacen con mala intención, de hecho creen que lo hacen
por tu bien.
Averigua de
qué tienen miedo, cuáles son sus objeciones y neutralízalas. Por
ejemplo, que temen que te quedes sin ingresos, coméntales que tienes ahorros o que
tienes un plan B.
Busca formas
de eliminar comentarios negativos sin ser agresiva. Por ejemplo:
“Sé que estás preocupada/o por mi y te lo agradezco, pero confío en mis
capacidades y sé que puedo salir adelante; y me gustaría contar con tu apoyo,
me ayudaría mucho.”
Si el cambio
afecta a algún miembro de tu familia pregúntale qué se puede hacer para mejorar la
situación (por supuesto, comentando que lo que haces es importante para ti y
que vas a seguir con ello, pero que no quieres que eso repercuta en su
bienestar, o algo así). Esto es especialmente importante cuando afecta a tus
hijos o a tu pareja, que se sientan seguros, que no se sientan abandonados.
Asume que
puede que algunas personas simplemente no acepten el cambio, es ley de
vida. Ambos sobrevivireis.
Si nada de
esto te da resultado, lo mejor es distanciarse un poco. Yo, por
ejemplo, prefiero distanciarme durante un tiempo antes que tener
confrontaciones diarias que, aunque no lleguen a ser discusiones, te agotan y desmoralizan.
Y una vez la fase inicial se ha superado y tengo la suficiente confianza y
seguridad como para que lo que digan los demás no me afecte, entonces vuelvo al
ruedo, por así decirlo; y simplemente dejo que los comentarios negativos me
entren por un oído y me salgan por otro; o agradezco su preocupación pero les
digo que es mi decisión y, como en todo lo que hago, voy a luchar para que salga
adelante porque es importante para mi y, al fin y al cabo, es mi vida.
Como dice
Susan Jeffers en su libro “Feel the fear and do it anyway”, lo más importante
de todo es que seas tu mejor amiga, que no te critiques tu misma en ningún momento. Al
final, tus seres queridos aceptaran esta nueva versión de ti y si alguien no lo
hace, tranquila, serás lo suficientemente fuerte y adulta como para romper
lazos y seguir adelante. No sería ni el primer ni el último caso. Lo que de
verdad necesitas para pasar esta etapa es tener confianza en ti misma, apostar
por ti y tener una razón para seguir adelante con tu proyecto. Es tu vida, no
lo olvides.
Aida Baida Gil/www. emprendedoras.com
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