Hay un dicho que dice solamente hay tres tipos de personas en
el mundo: los que ven lo que pasó, los que se preguntan qué pasó y los que
hacen que las cosas sucedan.
Los emprendedores están en esta última categoría, por supuesto.
Son agentes de cambio, personas que no ven el mundo como es, sino como podría
ser. Los emprendedores no se sientan en el sofá y desean un mundo mejor. Más bien
salen y crean. Ellos no esperan a que las cosas sean diferentes. Ellos son la
diferencia.
Estando por delante de los pensadores, los emprendedores continuamente
luchan por ser mejores y hacerlo mejor.
Ellos cambian las reglas de juego. Ellos exudan confianza e
inspiran grandeza.
Hoy es un gran día para convertirse en un emprendedor, porque
el precio de la entrada a este club de élite es libre y tú puedes apuntarte.
¿De verdad quieres tener éxito como emprendedor? Siga estos
cinco pasos y estará en disposición de desarrollar las cualidades de liderazgo
que se necesitan:
1. Voluntariamente falla y reflexiona
“¿Alguna vez lo has
intentado? ¿Alguna vez has fallado?
No importa. Inténtalo de nuevo. Falla de nuevo. Fracasa mejor.
No siempre es fácil, inténtalo de nuevo”. Samuel Beckett.
Otra cosa importante es tomarse tiempo para reflexionar sobre
lo que salió mal.
“Otros nos inspiran, la información nos da de comer, la práctica
mejora nuestro rendimiento, pero se necesita tiempo de tranquilidad para
resolver las cosas.” Ester Schaler Buchholz.
Fallando, se aprende, una y otra vez. Si lo haces, crecerás.
A pesar de los reverses inevitables de la vida, vas a salir victorioso.
2. Adáptate y haz frente a tus miedos
Para Brendon Burchard, el miedo puede ser categorizado en
tres formas, según el dolor.
La primera es el dolor a la pérdida, que sucede cuando se
tiene miedo de seguir adelante porque se teme que perderá algo valioso.
El segundo es el dolor del proceso, lo que inevitablemente se
produce cada vez que se intenta algo de nuevo. Tienes que pasar por el proceso
para aprender a lidiar con él.
El último es el dolor de resultado. Este implica no obtener el
resultado que deseas.
Burchard insiste en que la gente tiene que enfrentarse a sus
miedos. Del mismo modo que un ejército invade a su enemigo por todos lados, una
persona debe hacer lo mismo con el miedo, atacando desde todos los lados, como
si fuera a la guerra.
3. Practica la autodisciplina
Se trata de la capacidad de
demorar la gratificación instantánea y de la capacidad de trabajar duro para
obtener beneficios más tarde. El galardonado actor Jamie Foxx cuando era un
niño, su abuela hizo que rutinariamente lo llevaran clases de piano a pesar de
que lo único que quería hacer era ir a jugar. No tenía ni idea de que esas lecciones
le llevarían a su eventual éxito. A día de hoy, continúa para perfeccionar su
oficio y se disciplina a tocar el piano durante dos horas cada día.
Nadie ve los años de duro trabajo que puedes poner en tu empeño.
La gente sólo ve los resultados. Si deseas recibir los beneficios del mañana,
debes ponerte a trabajar hoy.
4. Duerme un poco
Poco después del debut de su sitio de
noticias del mismo nombre, Arianna Huffington se derrumbó de agotamiento y
falta de sueño. Ella había estado trabajando 18 horas al día porque estaba muy comprometida
con el crecimiento de su empresa. Cuando se desplomó, se golpeó la cabeza contra
una mesa y se encontró tendida en un charco de sangre.
En su libro Thrive, Huffington da detalles y comenta que fue
una llamada de atención dolorosa. Sabía que había olvidado el dormir y tomó
medidas para corregirlo.
Cuando duermes lo que necesitas, te sentirás con más
energía, cargado y listo para afrontar cualquier emprendimiento.
5. Da a los demás
En su libro, Give and Take: Why Helping
Others Drives Our Success, el profesor de Wharton Business School, Adam Grant,
enseña la idea de la generosidad en un entorno profesional.
Durante siglos, las personas se han concentrado en ser conductores
individuales de éxito: la pasión, el trabajo duro y la pura voluntad. Pero las
cosas han cambiado. El éxito depende cada vez más de cómo nos relacionamos con
los demás y de lo mucho que les damos.
La Biblia estaba en lo cierto todo el tiempo: La felicidad viene
de dar.
Marcelo Berenstein / www.emprendedoresnews.com
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