Si te permites un grado moderado de estres provoca que seas altamente productivo en un periodo de tiempo determinado, es decir que tengas una alta productividad, mientras que por encima de cierto punto de estrés, la calidad de tu productividad decrece incluso llegando a paralizarte y a obligarte a que esta sea prácticamente nula. En estos momentos aparecen los sintomas del estres como es la ansiedad.
Esta relación, entre productividad y estres, proviene de La ley de Yerkes-Dodson que fue llamada así gracias a los nombres de sus formuladores. Esta breve y práctica ley trata de la relación entre estrés y productividad cuya representación gráfica tiene el aspecto de una “U” invertida
Cuanto más aumenta el estrés (el eje horizontal de la gráfica), también lo hace la productividad (el eje vertical de la gráfica). En otras palabras, a más estrés, mejores resultados hasta que llegas a la cima de la curva, en el punto medio donde la U invertida empieza de nuevo a descender. A partir de este punto, hay un rápido descenso hacia la poca productividad. Mientras que un estrés moderado nos ayuda a fomentar el quehacer (la actividad), un estrés más grave propicia el deshacer (la inactividad).
Voy a ponerte un ejemplo muy simple para que se entienda. Si a cierta hora tienes visita en tu casa y la tienes desordenada, te sentirás un poco estresad@ e incitad@ a limpiarla para no dar la impresión de que eres una persona sucia. Seguramente te lanzarás a la acción para ordenarla lo antes posible. Los resultados que obtendrás seran verdaderamente increíbles.
Ahora supongamos que es un día en que todo está especialmente desordenado y sucio, me entero de que las visitas vienen dentro de diez minutos. El estrés es tan grande y el trabajo parece tan desbordante, que es probable que me quede aturdid@ y confus@ y que empiece a dar vueltas por la casa, con la mirada ida y reteniendo el mismo montón de cosas en la mano durante varios minutos. Mis circuitos internos sacan chispas y parece que me sale humo de las orejas porque la carga es excesiva.
La única estrategia viable para mantener la productividad a la larga es aprender a relajarse. Existen miles de formas de hacerlo. No sé qué es lo que te puede ir mejor a ti puede, ni tampoco lo sabe nadie más que tú. Tú eres la persona más indicada y la única que puede saber qué es lo que acalla el diálogo interno que siempre te está instando a hacer más, más deprisa y mejor. Pero has de acallarlo si quieres que el inteligente sistema de tu cuerpo y de tu mente se restaure a sí mismo y rinda al máximo.
Creo que las personas más ocupadas y productivas funcionan en la franja de estrés más alta pero en la parte de la línea descendente de la curva estrés-productividad. Sus resultados todavía son muy buenos, pero los circuitos internos empiezan a quemarse. Si aprendieran a relajarse y se pasaran al lado izquierdo de la curva de Yerkes-Dodson, estarían más cerca de la cima de la U invertida. Su productividad sería mayor, a la vez que el esfuerzo que realizaría su cuerpo sería menor. Si todavía se relajaran más serían capaces de seguir con la misma productividad que podrían tener estando en la parte descendente.
Puedes reservar una hora al día para relajarte de cualquier forma que a ti te guste. Te darás cuenta de que en lugar de restringir la cantidad de tiempo del que dispones para hacer las cosas, el día parecerá más largo y más espacioso. Podrás hacer la lista de cosas pendientes, pero sobrevivirás para contarlo.
EDU LOPEZ
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