Las Cuatros Personalidades Financieras
Y tu donde te ubicas?
La
personalidad es definida por la Real Academia de la Lengua Española como el
conjunto de características que constituyen a cada persona y la diferencian de
otra. Partiendo de esta descripción podemos percatarnos de la existencia de
diferentes comportamientos en la forma de administrar el dinero y en su manera
de interpretarlo.
Para
algunos está relacionado con esfuerzo y trabajo, para otros es su herramienta
de la felicidad, muchos lo ven como símbolo de éxito y otros quizá le teman.
Los
grandes gurús de las finanzas personales nos aconsejan las mejores formas de
administrar nuestros ingresos, las más acertadas prácticas para controlar
nuestros gastos y recomiendan como incrementar nuestra riqueza a través
de apropiadas inversiones, pero todo esto puede quedar solamente en palabras si
no tomamos en cuenta nuestra personalidad y estilo de vida. Las
personalidades financieras indican las reacciones que una persona tiene frente
al manejo de sus finanzas y nos ayudan a identificar las dificultades relacionadas
con la administración del dinero que pueden presentarse con cada una de estas
para encontrar soluciones apropiadas a los problemas que tenemos con nuestra
economía.
Los
comportamientos financieros de los seres humanos pueden resumirse en cuatro
personalidades ¿Con cuál de ellas se identifica?
1.
El Analítico:
se caracterizan por cuidar de los detalles y tener un agudo sentido de
responsabilidad. Son el tipo de personas que no se dejan llevar por engañosos
planes de inversión ni por las tendencias del mercado; son personajes que
sienten más temor que avaricia y por lo tanto no dan prioridad al consumo y las
compras. Esta personalidad financiera es amante de la planificación, del
conocimiento minucioso y del control de su dinero. Su capacidad de análisis los
puede llevar a la indecisión debido al temor e inseguridad que les produce
pasar por alto algún detalle. Este tipo de personas por lo general son enemigos
de tomar riesgos al momento de invertir y prefieren su seguridad financiera por
encima de todo. Por lo general suelen arrepentirse de lo que pudieron haber hecho.
Recomendación: ser menos controladores, más
seguros en sus decisiones y decididos al momento de comprar, vender o invertir
ya que pueden perder excelentes oportunidades por temor a tomar riesgos y
equivocarse.
2.
El impulsivo:
esta personalidad se destaca por su capacidad de decisión y su ambición al
momento de lograr objetivos y metas; son quienes más conocimiento tienen de los
productos que están In en el mercado. Se caracterizan por ser entregados a su
trabajo y buscan siempre sobresalir en los grupos sociales a los que
pertenecen. Son precipitados en sus acciones y por lo general recurren al gasto
cuando la frustración y la depresión los invaden. La ansiedad los lleva muchas
veces a tomar decisiones más emotivas y menos racionales y suelen gastar
elevadas sumas de dinero gracias a que siempre tienen consigo sus tarjetas de
crédito ¡ellos no se cohíben! Suelen justificar sus gastos con frases como “me
lo merezco” “para eso trabajo” “es un gustico” “yo lo valgo”; sin embargo al
final de cada mes siempre van a decir “Yo no sé a dónde se va mi dinero” “Lo
que gano no alcanza para nada” “para mi es imposible ahorrar”
Recomendación: destinar un porcentaje del salario
al ahorro. Lo más favorable para este tipo de personas es realizar deducciones
automáticas con el fin de evitar que todo el dinero recibido por ingresos sea
destinado al consumo. Igualmente es recomendable tener una cuenta de ahorros
destinada ÚNICAMENTE a este fin y no mezclarla con el dinero que se va a
utilizar mes a mes para cubrir los gastos estipulados dentro del
presupuesto.
3.
El temeroso: estos
personajes no tienen deudas, son muy estrictos con sus gastos y están dedicados
al ahorro. Les preocupa mucho tener a salvo su dinero y evitan a toda costa
incurrir en gastos “extra”. Esta personalidad financiera es
característica de aquellos que se preocupan EXAGERADAMENTE por su seguridad
económica y la de su familia. Tienen un evidente miedo a perder el control y
sienten un inmenso temor por la escasez. Muchas veces el dinero que tanto guardan
con recelo puede no generarles rendimientos debido a que les da pavor invertir
o a buscar alternativas de ahorro. Nunca han considerado tener una tarjeta de
crédito ni acceder a préstamos para educación o vivienda ¡son sus enemigos! La
palabra banco les produce desconfianza y prefieren ser ellos mismos quienes
controlen sus ahorros.
Recomendación: es importante establecer metas y
objetivos puntuales ya que de nada sirve acumular y acumular dinero sin tener
un horizonte claro. Si bien el ahorro es indispensable para las finanzas de
cualquier individuo, hay que disfrutar del dinero mediante un gasto responsable
e inteligente. Fijar metas les ayudará a continuar pensando en el
futuro sin olvidar el presente.
4.
El derrochador:
se caracterizan por estar rodeado de muchas personas y ser los anfitriones de
cada festejo. Estos personajes disfrutan gastando y esta es la razón por la
cual siempre son quienes invitan y pagan cuanta actividad realicen con sus
amigos. Este tipo de personalidad se distingue por dejar todo para más tarde y
evadir las responsabilidades en lo que a dinero se refiere. Su “amplitud” con
los demás les impide controlar sus gastos por lo que terminan acumulando
deudas. Son amantes de los productos exclusivos y
costosos y nunca se intimidan
por los precios porque ellos cuentan con una increíble bendición: el crédito.
Generalmente cuentan con más de dos tarjetas de crédito y no establecen un
presupuesto ni llevan cuentas del dinero que gastan. Son fanáticos de los
avances y por lo general gastan mucho más de lo que ganan, aunque ellos no son
conscientes de esto.
Recomendación: para frenar el desequilibrado
comportamiento financiero es recomendable empezar a ser cuidadosos con el uso
de las tarjetas de crédito; una buena táctica es no llevar las tarjetas de
crédito o solamente llevar una y dejar las otras en casa cuando se va a ir de
compras. Al momento de realizar una compra evaluar si esta es necesaria y
si se justifica el incurrir en pago de intereses por su adquisición.
Por:
Laura Margarita Rodríguez.
Excelente articulo
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