¿El dinero no da la felicidad? Un estudio lo desmiente
Expertos economistas han publicado un estudio en el que se demuestra que la gente que gana más es, por lo general, más feliz que la gente pobre – aún cuando el dinero no lo es todo en esta vida.
Bruno Frey ha presentado hoy su estudio
en la universidad inglesa de Warwick. En él, Frey identifica “felicidad”
con “satisfacción”. El análisis muestra que el crecimiento económico y
el bienestar proporcionan felicidad, basándose en comparaciones
internacionales: “Cuando comparamos países pobres con países en los que,
de media, la gente obtiene salarios altos, queda claro que en los
países más ricos, la gente es más feliz”, expuso Frey.
No tanto el dinero como el bienestar
Por supuesto, el dinero sigue sin serlo
todo en esta vida. “Hay muchos factores que determinan la felicidad”,
explica el experto. Además de una predisposición genética, la salud
tiene una importancia capital, seguida de factores sociales como la
familia y amigos. De hecho, en lo que al efecto del dinero en la
felicidad se refiere, el dinero en sí mismo no es un elemento tan
decisivo como lo es el bienestar.
Por ejemplo, una persona pobre sería
significativamente más feliz que una persona rica en el caso de que sus
sueldos se duplicaran. En otras palabras: quien tiene más no será más
feliz al recibir más.
Al contrario que en el caso de países
emergentes como China o India, el crecimiento económico dejó de ser un
objetivo central en sociedades acomodadas como Alemania. “Otros
objetivos han ganado en importancia”, dice el economista Gerd Wagner,
portavoz del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW por sus
siglas en alemán), en Berlín: “Menos desempleo, una economía estatal
sostenible, un buen sistema sanitario, incluso democracia y libertad;
todos ellos son objetivos que, según nuestras investigaciones, se
consideran más valiosos que el crecimiento económico”.
Democracia + empleo = una sociedad feliz
Y es que los factores políticos también
influyen de forma decisiva en el grado de satisfacción de la gente. “La
gente que vive en democracia es más feliz que los que viven en
sociedades autoritarias o dictatoriales”, dice Bruno Frey.
Según él, además, la gente es más feliz
cuanto más concretas y notables sean las decisiones políticas,
preferentemente en ámbitos locales. En este sentido, Frey califica la
Unión Europea como “un gran déficit democrático”, añadiendo que debería
llevar a cabo referendos directos sobre las cuestiones realmente
importantes, lo que realmente preocupa a la gente.
Por ejemplo, los altos niveles de
desempleo. Al menos 20 millones de personas en la Unión Europea se
preguntan ahora mismo cómo conseguir un puesto de trabajo. Y el tema del
desempleo es especialmente dramático en el tema de la felicidad, según
Frey. El experto explica que, normalmente, la gente no permanece infeliz
durante mucho tiempo tras un accidente o una catástrofe. Pasado un
periodo de tiempo, la satisfacción social vuelve a los niveles
originales.
Pero lo mismo no sucede con el
desempleo. “Quien se encuentra desempleado se siente realmente mucho
peor que antes”, señala Frey. Las ayudas estatales no ayudan; solo un
nuevo puesto laboral puede devolver la felicidad a esa persona. O, al
menos, en el caso de los hombres. “Nuestro estudio muestra que, si no
consiguen un nuevo puesto, los hombres se mantienen en este estado de
infelicidad”, indica Frey. “Las mujeres, por el contrario, son más
adaptables; buscan nuevos cometidos en sus familias, y pronto se sienten
mejor.”
Deutsche Welle
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