Estas plataformas abrieron la posibilidad al surgimiento de un liderazgo más natural, en el que lo más importante es lo que se tiene que decir.
A partir del boom de la tecnología y de la globalización, el viejo concepto de liderazgo comenzó a erosionarse y, si antes la gente estaba dispuesta a aceptar liderazgos, hoy ya no lo está.
Por: Javier Rodríguez Labastida
Hace no más de 20 años, hablar de líderes de masas era hablar de personajes políticos, de celebridades del cine y la televisión, reconocidos empresarios o exitosos deportistas. Hoy, las redes sociales rompieron ese cerrado círculo y han permitido una serie de nuevos liderazgos que, en otra época, se hubieran mantenido anónimos.
La concepción de liderazgo es diferente. Twitter, Facebook, Vine, YouTube y otras plataformas han servido de escaparate para personas que tradicionalmente tenían un bajo perfil, pero que ahora, con carisma y algo que decir, han encontrado la oportunidad de destacar e incluir.
“Las redes sociales estimulan en la gente el convertirse en persona pública. Están permitiendo el surgimiento de líderes naturales, y no líderes impuestos”, dice Ricardo Homs, un investigador especializado en el tema de liderazgo, y que recientemente publicó el libro Liderazgo de masas en la era de las redes sociales.
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¿Quieres credibilidad? Gánatela
Previo a la revolución tecnológica, las empresas, los gobiernos y las personalidades públicas tenían una credibilidad absoluta que venía de la desinformación y de un respeto profundo hacia las instituciones y a quienes tenían poder.
A partir del boom de la tecnología y de la globalización, el viejo concepto de liderazgo comenzó a erosionarse y, si antes la gente estaba dispuesta a aceptar liderazgos, hoy ya no lo está.
“El ciudadano se ha empoderado a través de las redes y ha generado una situación particular en la que los liderazgos tradicionales carecen de credibilidad”, dice Homs en entrevista con AltoNivel.com.mx.
Los memes es el mejor ejemplo de este descrédito. En los últimos cinco años los memes se convirtieron en una manifestación del poder ciudadano frente a quienes ejercen poder público; sus blancos favoritos son la clase política, las celebridades y algunos empresarios.
“Los memes demostraron que la idea tradicional de que el líder que tenga una mayor posición en los medios es errónea. Esa idea se está convirtiendo en un problema. Es un liderazgo que satura a la sociedad, satura a los medios y pierde interés”, explica Homes.
El escritor señala que el liderazgo en tiempos de redes sociales se gana con creatividad y porque ese nuevo líder tiene algo que decir con valor y sentido hacia los demás:
“Las redes sociales potenciaron el liderazgo de las personas desconocidas, que construyen una identidad pública a partir de su pensamiento, congruencia y de la misión que asumen ante la sociedad”.
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Cómo forjar el nuevo liderazgo
Si crees que eres o puedes ser un líder en la era de las redes sociales, la primera pregunta que deberías hacerte es: ¿Qué tengo que decir?
El especialista asegura que las redes sociales generaron una especie de caja de cristal, donde la vida pública está a la vista de todos y la credibilidad puede desaparecer por un error mal manejado.
La persona que quiera ejercer liderazgo público tiene que comportarse como si estuviera en una caja de cristal y, de entrada, pensar en conseguir seguidores de verdad, que se guían por sus logros, por sus actividades y con los cuales incluso pueda impulsar una causa o misión de alto impacto.
El nuevo líder es aquel que logra identificar lo que es la información relevante, importante y que puede afectar a la persona, y a partir de ello, generar liderazgo de opinión; a través de sus redes puede inducir las ideas que el común de las personas van a tomar como propias, y que les van a servir para generar sus propias ideas y convicciones.
“En las redes, los usuarios están encontrando líderes que se ajustan a sus propias expectativas. Las nuevas plataformas pusieron las condiciones para que la gente se vuelva más participativa”, afirma Homs.
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¿Y en los negocios?
Para las empresas, el campo por explorar aún es muy amplio. De entrada, Homs argumenta que solo algunas compañías han visto a las redes como una forma de acercarse a la gente, sin embargo, la mayoría sigue centrada en saturar con su imagen los espacios públicos, sea en televisión, radio e incluso Internet.
“No se ha generado una visión en las grandes corporaciones para asumir una misión como líderes. Cuando hay un liderazgo fuerte hacia afuera, hacia la sociedad, las grandes corporaciones se vuelven muy competitivas y adquieren credibilidad porque el líder que encabeza la organización da un rostro humano que genera confianza, calidez y rompe con el anonimato tradicional de una persona moral”.
En su libro, Homs pone como ejemplo a Steve Jobs y Bill Gates, quienes a través de dos modelos distintos de liderazgo catapultaron el éxito de sus compañías.
Por un lado, Jobs, cuyo liderazgo estuvo sustentado en la innovación. La gente se sintió identificada con la marca, y cuando salía un nuevo gadget miles de personas hacían filas para comprar el nuevo dispositivo. Por el otro lado, Gates, que con una visión filantrópica ha hecho más por su misma fundación que si estuviera dirigiendo a la empresa desde una visión funcional.
“Un liderazgo fuerte es fundamental para darle competitividad a las empresas en el contexto tan agresivo, en el que la sociedad, el mercado y los consumidores exige que las empresas tengan un rostro humano”, señala Homes.
El liderazgo tradicional, y del que Homes sugiere olvidarse, está sustentado en alguien que lo utiliza para beneficio personal. A la empresa que solo le interesa generar dinero sin aportar nada a la sociedad, poco a poco se verá en problemas.
La empresa con futuro es aquella que tiene una visión social y que busca generar cambios en su entorno.
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