Como todos los consumidores son diferentes y sus comportamientos también, conviene estar preparados para lidiar con ellos.
Las empresas que ya tienen cierto tiempo en el mercado suelen tener una amplia variedad de clientes;
por ejemplo, de compra frecuente, de compra ocasional y de altos
volúmenes de compra. Éstos esperan servicios, precios especiales, tratos
preferenciales u otros que estén adaptados a sus particularidades
propias.
Esta situación plantea un gran reto a los emprendedores porque está en juego no sólo la satisfacción del cliente y su lealtad, sino también, la adecuada orientación de los esfuerzos y recursos de la empresa.
Aquí te presentamos una lista con los siete tipos de clientes, clasificados según su nivel de lealtad con la marca:
1. Los Apóstoles.
Son los incondicionales de la empresa. Manifiestan muy elevados niveles de encanto y de compromiso futuro. Se convierten en “embajadores de buena voluntad”, porque dentro de sus respectivos círculos de referencia suelen ejercer un pronunciado liderazgo de opinión a favor de nuestros productos.
2. Los Clientes Leales.
Manifiestan un patrón de conducta similar a los Apóstoles, pero con un nivel de intensidad menor.
3. Los Clientes Terroristas.
Se caracterizan por sus muy bajos niveles de compromiso futuro. Frecuentemente han tenido una o varias malas experiencias con el producto o servicio y una gran parte de ellos difunde su “mala voz” con un comparativamente elevado nivel de efectividad.
4. Los Clientes Potencialmente Desertores.
Manifiestan un patrón de conducta similar a los Terroristas, aunque con una menor intensidad.
5. Los Clientes Indiferentes.
Este segmento agrupa a aquellos consumidores que tienen una actitud neutra hacia el producto. En cierta forma, su actitud es del tipo “no está bien ni mal sino todo lo contrario”.
6. Los Clientes Rehenes.
Son aquellos que, a pesar de no estar contentos con la empresa, permanecen con la marca. Esta situación se puede dar, por ejemplo, en mercados semi-monopólicos en donde no perciben alternativas viables, o en categorías donde estos clientes ven como excesivamente costosa la migración a otras alternativas.
7. Los Mercenarios.
Se caracterizan por niveles de “encanto” comparativamente elevados, pero con muy bajas intenciones de compromiso hacia el producto. Éstos suelen darse claramente en categorías tipo commodity, donde el precio del bien dicta las condiciones de permanencia del cliente.
Existen tres tipos de consumidores mercenarios:
-Los Switchers: tienen pocas marcas favoritas y brincan entre éstas según estén o no en promoción.
-Los Negociadores: cambian regularmente dentro de un abanico más amplio de marcas aceptables para ellos.
-Los Sensibles al Precio: sistemáticamente compran la marca del menor precio, sin importar cuál sea ésta.
Esta situación plantea un gran reto a los emprendedores porque está en juego no sólo la satisfacción del cliente y su lealtad, sino también, la adecuada orientación de los esfuerzos y recursos de la empresa.
Aquí te presentamos una lista con los siete tipos de clientes, clasificados según su nivel de lealtad con la marca:
1. Los Apóstoles.
Son los incondicionales de la empresa. Manifiestan muy elevados niveles de encanto y de compromiso futuro. Se convierten en “embajadores de buena voluntad”, porque dentro de sus respectivos círculos de referencia suelen ejercer un pronunciado liderazgo de opinión a favor de nuestros productos.
2. Los Clientes Leales.
Manifiestan un patrón de conducta similar a los Apóstoles, pero con un nivel de intensidad menor.
3. Los Clientes Terroristas.
Se caracterizan por sus muy bajos niveles de compromiso futuro. Frecuentemente han tenido una o varias malas experiencias con el producto o servicio y una gran parte de ellos difunde su “mala voz” con un comparativamente elevado nivel de efectividad.
4. Los Clientes Potencialmente Desertores.
Manifiestan un patrón de conducta similar a los Terroristas, aunque con una menor intensidad.
5. Los Clientes Indiferentes.
Este segmento agrupa a aquellos consumidores que tienen una actitud neutra hacia el producto. En cierta forma, su actitud es del tipo “no está bien ni mal sino todo lo contrario”.
6. Los Clientes Rehenes.
Son aquellos que, a pesar de no estar contentos con la empresa, permanecen con la marca. Esta situación se puede dar, por ejemplo, en mercados semi-monopólicos en donde no perciben alternativas viables, o en categorías donde estos clientes ven como excesivamente costosa la migración a otras alternativas.
7. Los Mercenarios.
Se caracterizan por niveles de “encanto” comparativamente elevados, pero con muy bajas intenciones de compromiso hacia el producto. Éstos suelen darse claramente en categorías tipo commodity, donde el precio del bien dicta las condiciones de permanencia del cliente.
Existen tres tipos de consumidores mercenarios:
-Los Switchers: tienen pocas marcas favoritas y brincan entre éstas según estén o no en promoción.
-Los Negociadores: cambian regularmente dentro de un abanico más amplio de marcas aceptables para ellos.
-Los Sensibles al Precio: sistemáticamente compran la marca del menor precio, sin importar cuál sea ésta.
6 tipos de clientes que NO necesitas
No todos los consumidores tienen la razón. Algunos de hecho pueden hacerle daño a tu negocio.
Es muy probable que hayas conocido a un mal cliente
si ya tienes tiempo en el mundo de los negocios. Hay emprendedores que
parecen haber nacido con un campo de fuerza que los protege de estos
consumidores dañinos, mientras que otros parecen atraerlos como hormigas
a un pícnic.
¡No te desesperes! Si tu caso es el segundo, puedes aprender a identificar a estos malos usuarios antes de que se vuelvan un verdadero problema para tu negocio.
Conoce los diferentes tipos de clientes que NO necesitas:
1. Los que te hacen perder el tiempo
El tiempo es dinero y el éxito financiero de tu negocio depende de tu trabajo eficiente. Los compradores que te dicen querer una cosa y luego cambian de parecer una y otra vez después de que les has entregado lo que dijeron desear en diversas ocasiones hacen que seas menos productivo. El día tiene pocas horas productivas así que no puedes perderlas con aquellos consumidores que solo interrumpen tu ritmo de trabajo.
2. Ladrones de energía
La energía es uno de los recursos más importantes de los emprendedores. Los clientes que no se comunican bien o no colaboran contigo, simplemente te roban la fuerza. Pueden ser desde personas pasivo agresivas hasta aquellas que llegan al abuso verbal directo, y lo peor es que su negatividad se contagia. Trata de alejarte de estos “vampiros energéticos” antes de que te infecten.
3. Los regateros crónicos
Los clientes que constantemente te exigen que bajes tus precios realmente no valoran lo que ofreces y probablemente nunca lo harán. Es totalmente aceptable no tener fondos cuando se comienza y usar promociones para darse a conocer, pero no olvides cuánto vale tu trabajo y que debes fijar límites razonables a tus descuentos.
4. Los indecisos que jamás compran
No hay nada de malo en conocer todas las opciones del mercado antes de comprometerte con un vendedor y proveedor. El problema surge cuando esta actitud es un patrón que se repite constantemente. Cuidado. La indecisión de este tipo de clientes puede ser una señal de que esta conducta se repetirá una vez que empiecen a trabajar juntos.
5. Los críticos extremos
Algunos clientes nunca quedan satisfechos, sin importar que hagas para complacerlos. Cuando los consumidores hacen críticas a tu trabajo, debes validar qué tan ciertas son sus opiniones y hacer los cambios que se te piden.
Pero algunos clientes se dedican a encontrar errores en todo lo que haces y para ellos nada de lo que ofreces es suficientemente bueno. Es mejor no lidiar con este tipo de personas.
6. Los que tardan en pagar
Tienes un negocio que manejar que necesita un flujo de efectivo estable, así que no puedes mantener la salud de tu operación si tienes clientes que no te pagan.
Las personas que constantemente se retrasan en sus obligaciones contigo no valoran tu trabajo. Es indispensable que te defiendas con fuerza cuando estos consumidores no te pagan. Si tú cumpliste con ellos, ellos deben cumplir contigo.
No puedes perder tu tiempo generando una relación con malos consumidores. Evítalos para así tener más tiempo de enfocarte en aquellos usuarios que sí sepan apreciar lo que tienes.
¿Qué tipo de cliente tiene tu negocio? ¡Platícanos en los comentarios
¡No te desesperes! Si tu caso es el segundo, puedes aprender a identificar a estos malos usuarios antes de que se vuelvan un verdadero problema para tu negocio.
Conoce los diferentes tipos de clientes que NO necesitas:
1. Los que te hacen perder el tiempo
El tiempo es dinero y el éxito financiero de tu negocio depende de tu trabajo eficiente. Los compradores que te dicen querer una cosa y luego cambian de parecer una y otra vez después de que les has entregado lo que dijeron desear en diversas ocasiones hacen que seas menos productivo. El día tiene pocas horas productivas así que no puedes perderlas con aquellos consumidores que solo interrumpen tu ritmo de trabajo.
2. Ladrones de energía
La energía es uno de los recursos más importantes de los emprendedores. Los clientes que no se comunican bien o no colaboran contigo, simplemente te roban la fuerza. Pueden ser desde personas pasivo agresivas hasta aquellas que llegan al abuso verbal directo, y lo peor es que su negatividad se contagia. Trata de alejarte de estos “vampiros energéticos” antes de que te infecten.
3. Los regateros crónicos
Los clientes que constantemente te exigen que bajes tus precios realmente no valoran lo que ofreces y probablemente nunca lo harán. Es totalmente aceptable no tener fondos cuando se comienza y usar promociones para darse a conocer, pero no olvides cuánto vale tu trabajo y que debes fijar límites razonables a tus descuentos.
4. Los indecisos que jamás compran
No hay nada de malo en conocer todas las opciones del mercado antes de comprometerte con un vendedor y proveedor. El problema surge cuando esta actitud es un patrón que se repite constantemente. Cuidado. La indecisión de este tipo de clientes puede ser una señal de que esta conducta se repetirá una vez que empiecen a trabajar juntos.
5. Los críticos extremos
Algunos clientes nunca quedan satisfechos, sin importar que hagas para complacerlos. Cuando los consumidores hacen críticas a tu trabajo, debes validar qué tan ciertas son sus opiniones y hacer los cambios que se te piden.
Pero algunos clientes se dedican a encontrar errores en todo lo que haces y para ellos nada de lo que ofreces es suficientemente bueno. Es mejor no lidiar con este tipo de personas.
6. Los que tardan en pagar
Tienes un negocio que manejar que necesita un flujo de efectivo estable, así que no puedes mantener la salud de tu operación si tienes clientes que no te pagan.
Las personas que constantemente se retrasan en sus obligaciones contigo no valoran tu trabajo. Es indispensable que te defiendas con fuerza cuando estos consumidores no te pagan. Si tú cumpliste con ellos, ellos deben cumplir contigo.
No puedes perder tu tiempo generando una relación con malos consumidores. Evítalos para así tener más tiempo de enfocarte en aquellos usuarios que sí sepan apreciar lo que tienes.
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