¿Conoces una parte de ti que se llama Ego? Si no la conoces pues te la presento. Más adelante te darás cuenta que es fuente de conflictos internos. El ego es la parte de nuestra mente que se encarga de crear la imagen pública o social de ti mismo. El ego es la parte de nuestra mente que constantemente intenta contestar a la pregunta ¿Quién soy?.
Para poder vivir en esta realidad el ego es imprescindible. Algunos dicen que una de las metas en nuestro camino de crecimiento personal y espiritual es “vencer” o “matar” al ego, la verdad es que el ego existe y esta ahí ya que cuando es necesario realiza su función y en verdad no es ni bueno ni malo por si mismo.
Para vivir en esta realidad, necesitas ser consciente de ciertas cosas: de tu cuerpo, del país donde vives, tu dirección, el nombre de tus padres, quién es tu pareja, tus hijos, cuál es tu profesión, cuál es tu trabajo, lo que te gusta y no te gusta, quienes son tus amigos, los conocimientos que posees y lo que desconoces, las normas sociales y culturales, las leyes, tus habilidades y muchos aspectos más. A medida que vas creciendo, este banco de datos se amplía y crece y continúa definiéndote como individuo.
El ego se encarga de darle estructura a toda esta información y te define como individuo. El ego es vital para ti y es un gran protector.
Un ego sano se incorporará armoniosamente a tu ser, impulsando tu avance. Un ego enfermo tratará de separarte de tu verdadero ser y del resto del mundo.
¿Cuál es el problema con el ego?
Uno de los principales problemas es que el ego se desarrolla tomando como base la realidad que nos rodea y en la que vivimos. Está totalmente unido a esa realidad y es de ahí junto con tu experiencia dentro de esa realidad que el ego saca sus datos y los clasifica, haciéndolo de acuerdo a los principios y valores de esa misma realidad. Para poder decirte lo que eres, el ego utiliza el mecanismo de la separación, creando una gran barrera que te diferencia de lo que él considera que no eres.
La verdadera realidad es que tú eres mucho más de lo que el ego puede creer que eres en cualquier momento de tu vida ya que, esta realidad en la que estás viviendo en estos instantes de tu vida, es solo una de las infinitas posibilidades reales que puedan darse porque siempre es afín a tú forma de pensar.
El ego quiere mantenerse como está y para ello estará clasificado en bueno-malo, blanco-negro, masculino-femenino, alto-bajo etc. toda tu realidad para que seas aceptado y puedas relacionarte con otras personas (otros egos). Tu ego comenzará a aceptar lo que tú eres, es decir, lo que tú juzgues y los otros egos juzguen como “positivo” de ti mismo y descartará, esconderá y negará, todo lo que considere como “negativo”. De esta manera el ego esconde todos los aspectos o cualidades de ti que considera negativas o destructivas y dice que tú no eres eso, que eso no está en ti.
Todos tenemos ego y actuamos a través del ego, no hay porqué avergonzarse. Pero un ego enfermo sabe que cuanto más se amplíen tus horizontes, que cuanto menos separado estés de lo demás y del resto del mundo, que cuanto más conozcas tu realidad verdadera que es cambiante y la puedas vivir y expresar, que cuanto más sanes, cuanto menos cosas vayan quedando afuera de ti, tu ser verdadero se hará más grande y fuerte y, como resultado, más pequeño y débil se hace él. Tu ego no quiere desaparecer y hará todo lo posible por seguir existiendo.
Una vez entiendes cómo opera tu ego para separarnos de nuestra esencia verdadera, es posible detectar sus mecanismos y comenzar a cambiarlos educando y sanando tu ego con amor, aceptación y armonía.
Los mecanismos del ego son los siguientes:
Negacion: Cuando nos sentimos presa del terror y el miedo y sintiéndonos muy mal, aunque no seamos conscientes de ello, ¿a quién recurrimos por ayuda?. Recurrimos a esa parte nuestra que es nuestra identidad y le pedimos ayuda. Esa parte no es más que el ego mismo. Y el ego, que está siempre dispuesto a ayudarnos lo hace muy eficientemente. Lo primero que el ego hace es que nos dice que todo ese miedo, terror y culpa que sentimos no existe, que no es parte de lo que nosotros somos, que no está ahí. En pocas palabras lo que nos dice es que no nos preocupemos porque en verdad no estamos sintiendo ni miedo, ni terror, ni culpa. Eso es el mecanismo de la negación y funciona muy bien. Si negamos eso que parece ser el problema, pues ya no hay problema. Entonces el ego nos distrae con comportamientos desmesurados como: ver mucha television, emborracharnos, hacer compras compulsivas, estar siempre riendonos de todo y por todo, leyendo siempre el periódico… hay mil formas de evasión que utilizamos para decirnos a nosotros mismos: esto desagradable que estoy sintiendo no está en mi, no existe.
Proyección: Lo que sucede con la negación es que es un mecanismo débil por si mismo y, aunque al principio da resultado, no podemos negar por mucho tiempo algo que sentimos y que está allí. Así que el ego necesita otra herramienta más elaborada y que utiliza si la negación no es suficiente. Para ello el ego te dice que eso que está dentro de ti, no está en realidad dentro de ti, sino que está en alguna cosa o persona fuera de ti. Es decir, toma algo que está en tu interior y te dice que no está en tu interior sino que está en el exterior. Eso es la proyección. Por medio de la proyección tu tomas todo tu resentimiento, tu odio y tu culpa y lo proyectas hacia afuera y al verlo afuera dices que no te pertenece. Así te dices que no eres culpable, que nunca te has traicionado, que no te has separado y consideras que no eres responsable de tu infelicidad, de tu tristeza, de tu escasez, de tu dolor sino que otros o algo externo lo es. Todas esas cualidades y emociones que sientes pero que no quieres ver en tí por el dolor y miedo que te causan, y que por lo general son las que has calificado como negativas, las lanzas al exterior y se las adjudicas a alguien o algo en tu entorno.
Ataque y defensa: Por medio de la negación y la proyección
- vivimos una vida llena de miedo, pero decimos “el miedo no está en mí, sino en tí”.
- Vivimos una vida llena de agresión, pero decimos “yo no soy agresivo, el agresivo eres tú”.
- Vivimos una vida sin amor pero decimos “yo soy amoroso, el que no eres amoroso eres tú”.
Tomamos esa gran lista de cosas que no aceptamos, negándolas y colocándolas en otro y después hacer todo esto, lo que queremos hacer es alejarnos del otro para no ver nuestros problemas y lo que hacemos, es separarnos física, emocional o mentalmente de esa persona, situación o cosa sobre la que hemos proyectado lo que en realidad es parte de nosotros.
Al ego le encanta la culpa, si nos sentimos culpables es porque consideramos que algo que hicimos, merece un castigo. Para librarme del miedo de ser castigado, nada mejor que decir que no es mi culpa y proyectarla afuera, buscar un culpable afuera de mí. El ego nos dice, esta culpa que sientes no está en tí, está en el otro (o en una situación o cosa). Una vez que coloca la culpa en otro, obviamente el otro es un ser con cualidades muy negativas y destructivas del cual me tengo que separar. Para separarme, lo ataco.
Pero resulta que cualquier ataque a otro, seamos o no conscientes de ello, nos genera más culpa.
Lo que sucede con la negación es que es un mecanismo débil por si mismo y, aunque al principio da resultado, no podemos negar por mucho tiempo algo que sentimos y que está allí. Así que el ego necesita otra herramienta más elaborada y que utiliza si la negación no es suficiente. Para ello el ego te dice que eso que está dentro de ti, no está en realidad dentro de ti, sino que está en alguna cosa o persona fuera de ti.Es decir, toma algo que está en tu interior y te dice que no está en tu interior sino que está en el exterior. Eso es la proyección.Por medio de la proyección tú tomas todo tu resentimiento, tu odio y tu culpa y lo proyectas hacia afuera y al verlo afuera dices que no te pertenece. Así te dices que no eres culpable, que nunca te has traicionado, que no te has separado y consideras que no eres responsable de tu infelicidad, de tu tristeza, de tu escasez, de tu dolor sino que otros o algo externo lo es. Todas esas cualidades y emociones que sientes pero que no quieres ver en tí por el dolor y miedo que te causan, y que por lo general son las que has calificado como negativas, las lanzas al exterior y se las adjudicas a alguien o algo en tu entorno.
La solución está en reconocer estos mecanismos, aceptarlos y después adopta una posición de observador en cada día de tu vida, irás encontrando y descubriendo cómo utilizas, sin darte cuenta, la negación, proyección, ataque y defensa.
Ese es el primer paso: darte cuenta que el mecanismo está operando en ti.
Poco a poco comienza a intentar pequeños cambios en el mecanismo, y cuando sientas que es el momento, conscientemente, no uses la negación. No niegues y acepta lo que estás sintiendo y entonces revisa como te sientes y qué sucede en tu interior si no usas la negación. Revisa que pasa en tus relaciones con los demás cuando no usas la negación.
Luego date el permiso, conscientemente, de no usar la proyección, asume que lo que sucede está en ti y es tu responsabilidad.
Revisa como te sientes y que pasa a tu alrededor cuando dejas de proyectar, como te ves a ti mismo y al mundo.
No te presiones y poco a poco serás más consciente y observarás más y más oportunidades para no negar, no proyectar y no atacar ni defenderte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario