Los trabajos
evolucionan, los tiempos cambian, y los grandes líderes también. Los
CEOs van a tener que afrontar grandes retos para estar a la altura de
los tiempos que se avecinan, años de cambios todavía más frenéticos que
los que hemos experimentado hasta ahora. Este fue el topic central que
se cubrió en el Comité Harvard – IESE, donde se analizó el perfil de los
líderes del sector empresarial en los próximos 10 años.
1. Global, global y cada vez más global.
La cada vez mayor internacionalización de los negocios llevará a tener
muy en cuenta factores como la subcontratación, las inversiones en el
exterior, la deslocalización, la gestión de múltiples filiales, la
fluctuación de los impuestos y los riesgos del cambio de divisas.
2. Priorizar la sensibilidad cultural.
Ante el escenario global que se presenta y que ya vivimos, la
deslocalización de las empresas y la implantación de filiales en países
cuyas culturas nada tienen que ver con la nuestra exige un ejercicio de
concienciación, modestia y respeto.
3. Involucración en las políticas gubernamentales, tanto a nivel local como global.
Los CEOs jugarán un papel esencial a la hora de tratar temas como la
regulación laboral o la política monetaria, por lo que deberán
involucrarse de forma proactiva en estos asuntos.
4. Erigirse como principales garantes de los valores de las organizaciones que representan.
Cada vez la sociedad muestra una mayor repulsa hacia ciertos sectores,
como la banca, a raíz de los escándalos de los últimos años. La crisis
ha corrompido al entorno empresarial, y los altos directivos son los
primeros interesados en reparar ese daño a su reputación y mostrar una
imagen de compromiso y honestidad.
5. Mantenerse al día en la era digital.
Aunque en ningún caso debe desplazar a otros aspectos de la estrategia
igualmente esenciales, en los próximos años saber desenvolverse con los
últimos avances tecnológicos e informáticos es un requisito ineludible
para poder competir globalmente.
6. Invertir en conocimiento y habilidades.
En el contexto de envejecimiento de la población que experimenta la
mayoría de países desarrollados, sería un error dejar que los empleados
queden obsoletos. Uno de los mayores retos será luchar contra ello, y
procurar a los trabajadores los conocimientos y habilidades necesarias,
fomentando y premiando la innovación.
7. No perder de vista el medio ambiente.
La energía es, probablemente, uno de los mayores retos del futuro. Al
tratar con reguladores y gobiernos y tomar sus decisiones, los
directivos deberán ver más allá de sus propios intereses y otorgar una
importancia capital a aspectos externos tales como el calentamiento
global y el cambio climático.
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