YouTube, que fue comprada por Google hace nueve años por 1.650 millones de dólares, es un sitio web para compartir videos, tanto aficionados como profesionales.
En 2016 los inversionistas deben darle una nueva mirada a YouTube por tres razones:
En primer lugar, crece a un ritmo asombroso.
La empresa matriz, Alphabet, que hasta agosto se llamaba Google, no desglosa el aporte de YouTube en sus resultados trimestrales, pero a principios de 2014 indicó que el tiempo de exposición a los videos había saltado 60% respecto al año anterior, y que el tiempo de visualización en dispositivos móviles se había duplicado.
La televisión, mientras tanto, sólo ha mantenido constante su audiencia con los espectadores de 50 años y más, mientras que el segmento de 25 a 34 redujo en 8,6% su tiempo ante los televisores en el último trimestre respecto del mismo período del año previo, según Nielsen. En cuatro años, el tiempo de visualización de ese grupo ha caído casi 24%.
Eso es un desafío a largo plazo para la televisión porque el gasto entre los estadounidenses alcanza su máximo alrededor de los 45 años, y las empresas tratan de forjar una fidelidad de marca décadas antes de llegar a ese umbral, reseñó Wall Street Journal.
Además, en la mayor parte del mundo se mira mucho menos televisión que en Estados Unidos. Un 80% de la audiencia de YouTube proviene de fuera de ese país.
La segunda razón es que el dinero va detrás de los espectadores.
Las acciones de Netflix subieron 141% este año, con lo que se convierte en el valor más atractivo del índice Standard & Poor’s 500. Esto se debe a su rápido crecimiento: se espera que los ingresos de Netflix crezcan 23% en 2015, a 6.800 millones de dólares.
Pero YouTube, que tiene casi 15 veces el número de usuarios de Netflix, podría facturar casi 9.000 millones de dólares este año, y se expande más rápido.
Netflix aumentó recientemente en 1 dólar el precio en Estados Unidos de su servicio de streaming al mes a 9,99 dólares, lo que insinúa su fuerte posición competitiva.
Mientras tanto, YouTube recientemente lanzó su propio servicio por suscripción, pero en el corto plazo, gran parte de la expansión de sus ingresos provendrá de los anunciantes que simplemente buscan ponerse al día con las tendencias de videos.
El ingreso promedio por espectador de YouTube podría duplicarse en cinco años. Si YouTube fuera una empresa que cotiza por separado, podría valer 100 mil millones de dólares, casi el doble de la reciente capitalización bursátil de Netflix.
La tercera razón para apostar a YouTube es que la acción de Alphabet ha subido 44% este año.
La compañía ha hecho dos de las tres cosas que los inversionistas habían reclamado durante un largo tiempo. Devolvió efectivo a los accionistas; en octubre, anunció una recompra de acciones por 5 mil millones de dólares.
También ha contenido el crecimiento interanual de los costos a 9% el último trimestre frente a 28% un año antes. Ahora los inversionistas quieren saber más acerca de cómo la empresa invierte y el desempeño de sus negocios individuales.
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