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GESTIÓN del CONOCIMIENTO: Como Generar la Sabiduría y el Capital Intelectual
Manuel Gross/www. manuelgross.bligoo.com
GESTIÓN del CONOCIMIENTO: Como Generar la Sabiduría y el Capital Intelectual
La gestión del
conocimiento es un concepto en construcción continua y eso hace que aparezcan múltiples
definiciones del mismo en la literatura.
Hoy quisiera hacer un
repaso aquí de aquellas que considero más relevantes.
Si la noción de
conocimiento se diversifica y se multiplica cuando se la analiza, podemos
suponer legítimamente que comprende en sí misma diversidad y multiplicidad.
Edgar Morin.
Según Davenport,
podemos definir la gestión del conocimiento como el proceso sistemático de
encontrar, seleccionar, organizar, extractar y presentar la información
de manera que mejore
la comprensión de un área específica de interés para los miembros de una
organización.
Otros autores,
coinciden en aceptar que la gestión del conocimiento constituye un proceso
integrador en el que convergen la gestión de la información, la tecnología y los recursos humanos y
su implementación se orienta a perfeccionar los procesos de mayor impacto,
mejor explotación del conocimiento en función de los procesos y su distribución
en toda la organización, sobre la base del uso intensivo de las redes y las
tecnologías.
La Gestión del
Conocimiento es, en definitiva, la gestión de los activos intangibles que
generan valor para la organización. La mayoría de estos intangibles tienen que ver
con procesos relacionados de una u otra forma con la captación, estructuración
y transmisión de conocimiento. Por lo tanto, la gestión del conocimiento tiene
en el aprendizaje organizacional su principal herramienta, siendo además un
concepto dinámico o de flujo.
En este momento
deberíamos plantearnos cuál es la diferencia entre dato, información y
conocimiento. Una primera aproximación podría ser la siguiente: los datos están
localizados en el mundo y el conocimiento está localizado en agentes (personas,
organizaciones,…), mientras que la información adoptaría un papel mediador entre
ambos conceptos.
Hay que reconocer que,
en realidad, lo que fluye entre las personas nunca es conocimiento como tal,
sino datos (información). Es posible aproximar el conocimiento de dos personas que
comparten los mismos datos, pero debido a sus experiencias anteriores y a las
diferencias en el modo de procesarlos, nunca serán idénticos. Sólo podemos
conseguir aproximaciones, ya que los contextos interno y externo de dos
personas siempre varían entre sí y podríamos concluir que el conocimiento no es
más que información puesta dentro de un contexto, al que llamamos experiencia.
El conocimiento en
cualquier tipo de organización se da cuando un componente de la misma utiliza
la información que posee (conocimiento explícito), le suma los conocimientos
adquiridos con anterioridad, aplica sus propias habilidades (conocimiento
tácito) y lo analiza bajo sus puntos de vista personales, orientando todo ello al
objetivo de resolver un problema de la organización o desarrollar un proyecto
conjunto.
En definitiva, los
datos, una vez asociados a un objeto y sometidos a una estructuración y ordenamiento,
se convierten en información. La información asociada a un contexto y a una
experiencia se convierte en conocimiento.
Para simplificar
diremos que el conocimiento asociado a una persona y a una serie de habilidades
personales se convierte en sabiduría y el conocimiento asociado a una organización
y a una serie de capacidades organizativas se convierte en capital intelectual.
Las actividades que
comprende la gestión del conocimiento y que pueden desplegarse por las
organizaciones mediante diferentes acciones, orientadas a la aplicación de programas
de desarrollo de la misma, son las siguientes:
Generación de nuevo
conocimiento.
- Acceso al
conocimiento procedente de fuentes externas.
- Utilización del
conocimiento en la toma de decisiones.
- Uso del conocimiento
en procesos, productos y servicios.
- Registro del
conocimiento en documentos, bases de datos y programas informáticos.
- Crecimiento del
conocimiento mediante incentivos.
- Transferencia del
conocimiento disponible a la organización.
- Medición del valor
de los conocimientos y del impacto de la implantación de su gestión.
Gestionar el
conocimiento es el primer paso que debemos dar para acabar compartiéndolo.
Nadie dice que sea
fácil, encontraremos muchos obstáculos para hacerlo, tanto de tipo
institucional, como personal, dado que hemos sido educados en entornos donde la
competencia ha primado sobre la colaboración, pero es forzoso que, si deseamos
avanzar en un mundo donde el aprendizaje debe ser además de continuado, veloz,
nos esforcemos en ese sentido y eliminemos las barreras sociales y culturales
que se levantan a nuestro paso
Asalto al Cerebro
Manuel Lopez Jerez www.sht.com.ar
Asalto al Cerebro
No teman ustedes, no vamos a asaltar el statu quo de nadie, tan solo
vamos a intentar despertar el entusiasmo en algunos adormecidos cerebros.
El exceso de racionalismo acartona los pensamientos creativos
que pueden surgir en el seno de una organización.
El miedo se apodera de nosotros ante la posibilidad de dejar brotar
libremente todo tipo de ideas de nuestra gran fábrica de ilusiones. Nuestro
cuerpo pierde elasticidad y, agarrotado hasta la médula, anula la posibilidad
de un pensamiento creativo.
No estamos acostumbrados a preguntarnos libremente sobre cualquier
asunto con el fin de encontrar posibles soluciones a los problemas y
situaciones que se nos plantean. La cultura de la acomodación, que
lamentablemente está asentada en muchas empresas (en todos los niveles
jerárquicos), impide que puedan aflorar nuevas visiones que redunden en una
mejor organización del trabajo, y con ello en una optimización de la empresa.
Esa gran máquina que es nuestro cerebro está formada por dos
hemisferios. Por lo visto el hemisferio izquierdo es analítico y el derecho
intuitivo. Nos empeñamos en crear estructuras rígidas, dogmáticas, en las
empresas. Los departamentos de Recursos Humanos quieren controlar a todo el
personal como si de máquinas se tratara.
Para ser competitivos, nos dicen los gurús empresariales, hay que ser
flexibles, adaptables a los cambios continuos, a la ambigüedad emergente. Y yo
me pregunto: ¿qué es ser flexible? ¿Aporta flexibilidad
el pensamiento analítico?
Las empresas competitivas, con visión de futuro, están formadas por
equipos directivos que asaltan con asiduidad sus cerebritos y además atacan con
naturalidad y buena intención los cerebritos de todos
los miembros de la organización.
Ideas, muchas ideas, es lo que necesitamos en estos tiempos de apertura
de mercados, de competencia
feroz, de globalización económica. Dejemos a un lado los prejuicios y
los complejos directivos y, superando el síndrome del directivo analítico,
abramos ventanas a todo tipo de propuestas, de ideas creativas, que puedan aumentar
el entusiasmo organizacional, incrementando la
competitividad corporativa.
Como bien sabemos, el inicio de grandes empresas fue una idea; también
observamos que lo que sirvió en un determinado momento, no aporta flexibilidad en
la actualidad. El liderazgo democrático genera una
cultura organizacional basada en la colaboración, en la comunicación
fluida y transparente que posibilita la floración de muchas propuestas
constructivas en beneficio de todos.
Por mucho que nos empecinemos en mantener estructuras rígidas en las
empresas, están siendo los propios mercados (dinámicos, cambiantes y muy
flexibles), los que están poniendo en su sitio a muchas empresas que en su día
fueron competitivas.
La información financiera como herramienta para el proceso de toma de decisiones
Lizardo Agüero Del Carpio/www.mundomype.com
La información financiera como herramienta
para el proceso de toma de decisiones
para el proceso de toma de decisiones
Hoy en día, es sabido
que vivimos en un mundo de turbulencias y de grandes cambios, donde aquellas organizaciones,
que no se adapten al cambio o se “acoplen a estos” desaparecerán. Lo mismo
ocurre con el recurso Humano, la parte pensante y dinámica de toda
organización, aquel que Toma Decisiones.
Por tal razón vivimos
en la era del Conocimiento, donde lo que predomina son los saberes y las
capacidades conceptuales, actitudinales y procedimentales, como elementos activadores
del cambio.
Es así que en las
Organizaciones, una de las Grandes Herramientas e Insumos de todo Administrador
son los Estados Financieros.
Estos constituyen:
“Resúmenes económicos
financieros, que representan la situación económica financiera de una
Organización a una fecha determinada.”
Es decir, representan
fotografías de situaciones presentes o pasadas, incluso proyectadas (visión
prospectiva) de una organización.
En este sentido de
ideas, es necesario, que todo administrador conozca, cuales son los Estados
Financieros Básicos, para este proceso de Toma de Decisiones. Estos son:
1. El Balance General
o Balance de Situación.
2. El Estado de
Ganancias y Pérdidas.
3. El Estado de
Cambios en el Patrimonio Neto.
4. El Estado de Flujo
de Efectivo.
Donde El Balance
General o Balance de Situación, nos mostrara, la relación detallada de nuestras
inversiones (Activos o propiedades) y las obligaciones o deudas de la Empresa
(fuentes de financiamiento de terceros o de los accionistas).
El Estado de Ganancias
y Perdidas, nos mostrara los ingresos, producto de las actividad principal de
la Empresa (Venta de bienes y/o prestaciones de servicios) o de actividades
extraordinarias (venta de desechos o desperdicios), frente a los costos
(elementos necesarios para la producción de bienes: materias primas, manos de
obra, carga fabril) y los gastos (sueldos del personal, comisiones, gastos
financieros, pagos de agua, luz, teléfono, etc.).
Este Estado Financiero
tiene una gran importancia porque muestra la Gestión de la Organización, y el
nivel de eficiencia y eficacia alcanzado por el cuerpo directivo. “Administrador
o Empresario” (Utilidades, cuando mis ingresos son mayores a mis gastos o
Perdidas, cuando los egresos son mayores a los Ingresos).
El Estado de Cambios
en el Patrimonio Neto, es aquel Estado Financiero, que muestra el nivel de
variabilidad o crecimiento, del patrimonio (riqueza y aporte de los accionistas)
durante el ejercicio económico.
El Estado de Flujo de
Efectivo, nos mostrara la dinámica del movimiento de la empresa, expresado en
sus actividades de inversión (compra de activos), financiamiento (obtención de
recursos: Utilidades, prestamos, nuevos aportes) y las actividades de operación
(básicamente la gestión de la empresa: cobranzas, ventas).
Razón, por la cual
resulta importantísimo que todo Administrador o empresario, conozca, lea e
Interprete los Estados Financieros.
La pregunta es ¿Hablan los Estados
Financieros? O quizás decir ¿Los chanchos vuelan?... y la respuesta es Si, los
Estados Financiero hablan (obviamente en un sentido literal), porque nos dice
como andan las cosas en la empresa, y que es lo que origina el Bienestar
(generación de utilidades, con el consiguiente reparto de beneficios tanto para
accionistas y trabajadores) o quizás tomar los correctivos necesarios para hacer
que las cosas vayan bien como la reestructuración de los costos o políticas de austeridad
en los gastos.
Por consiguiente los
Estados financieros, toman latemperatura a las Empresa y saber si están en
“buen Estado” (generando utilidades y riqueza a sus accionistas y trabajadores)
o “esta enferma” (generando perdidas para los inversionistas).
En consecuencia, el
éxito o fracaso de toda Buena decisión, dependerá de una adecuada formación del
Directivo que dirija los destinos de la organización, y su habilidad en leer
los Estadios Financieros, para procesos de “Correcciones” o “procesos de fusión
o adquisición de Empresas”, tendencia actual en el mundo de los negocios.
Como conclusión,
podemos decir que luego de la Caída del muro de Berlín, que disolvió las
grandes diferencias entre Europa oriental y occidental, y permitió unirlas, uno
de los grandes hitos que marcara trascendencia será una adecuada
familiarización, simbiosis (necesaria y oportuna) entre el Directivo y los
Estados Financieros de su organización, que mostrara que esta unión marcara el camino
a la Toma de grandes Decisiones, mitigando los riesgos propios de la actividad
Empresarial.
Lizardo Agüero Del Carpio/www.mundomype.com
Los 16 Factores que Mejoran tus Habilidades de Comunicación
Los 16 Factores que Mejoran tus Habilidades de Comunicación
Si las habilidades de comunicación son esenciales para el desarrollo de
nuestro trabajo, un buen ejercicio sería el analizar cómo comunicamos en el
momento presente, qué resultados obtenemos, cuán importante
es la comunicación en nuestra tarea directiva y cómo debemos comunicar
para llegar a nuestros objetivos.
Piensa que del impacto de un mensaje un 93% corresponde a la
comunicación no verbal y sólo un 7% a la verbal. De ese 93%, un 38% tiene que
ver con el paralenguaje, es decir, con el tono de voz empleado, la velocidad,
el ritmo, los matices vocales, la respiración, las pausas, entre otros, y un
55% se desprende de la kinésica: los gestos, las posturas o las miradas.
Estos son algunos consejos generales que te ayudarán a mejorar tus
habilidades de comunicación en cualquier circunstancia:
1. Mantén la mirada con la persona que se está
expresando. La calidez que transmiten los ojos es muy
potente.
2. Indica que estás escuchando diciendo sí, sin entorpecer
el discurso del otro, y afirmando con la cabeza.
3. Utiliza la sonrisa como elemento de confianza y
cercanía y para relajar tensiones.
4. Responde a los sentimientos que están detrás de las
palabras, mostrando que los comprendes. No se trata de
ser simpático ni empalagoso, sino empático y asertivo.
5. Mira a la cara de la persona que tienes enfrente, tanto
cuando te toca hablar como cuando escuchas. Es un
acto que refrenda al otro como identidad singular. Quien
sabe escuchar y se interesa por los sentimientos de sus
interlocutores atrae sentimientos positivos.
6. Ten en cuenta tu movimiento corporal y expresión
facial y coordínalo con tu forma de hablar y de escuchar.
Una descoordinación ofrecerá una señal de incongruencia
7. Atiende a tu respiración, tono y modulación de voz,
ya que te informan de tus emociones y te ayudan a que
transmitas bien el mensaje.
8. Huye de los estereotipos, ya que marcan y condicionan
las respuestas y las actitudes. En cualquier caso, siempre
debemos validar nuestras primeras impresiones.
9. No expreses inicialmente el propio acuerdo o
desacuerdo. Los seres humanos solemos acompañar
de argumentaciones a nuestras afirmaciones, deja que
fluyan.
10. Si te encuentras dentro de un bucle y no estás seguro
de estar entiendo el mensaje en su totalidad, resume de
vez en cuando lo que escuchas para comprobar si lo has
comprendido o no.
11. No menosprecies al que habla ni a su forma de hacerlo.
Recuerda que todos somos iguales, que no te pierdan los
modos.
12. Comparte opiniones, sentimientos y emociones con
quienes te rodean. No seas tan reservado porque no
conduce a nada.
13. Piensa que aceptar opiniones diferentes a las nuestras
es de sabios porque nos ayudan a ver todas las caras
del mundo y nos abren nuevas puertas. Reflexiona sobre
las nuevas visiones y analiza si hay algo que quieras
aprovechar de ellas.
14. Elimina los obstáculos que frenan y entorpecen la
comunicación: acusaciones, exigencias, juicios de valor,
prejuicios, generalizaciones, negatividades y silencios.
15. Todos tenemos un espacio vital ponemos nuestros
límites físicos y emocionales. Es bueno conocerlos para
no invadir un terreno que alguien puede entender como
exclusivo.
16. La ternura, la amabilidad y la afabilidad en la charla sólo traen cosas buenas, no les tengas miedo.
Manuel Gross/www.manuelgross.bligoo.com
¡ Cuidado con la luz al final del tunel !
¡ Cuidado con la luz al final del tunel !
La conocida frase de
que hay una luz al final del túnel puede servir a veces para aferrarnos a
soluciones inmediatas, que luego tienen resultados no deseados. Sin ser
pesimista, el autor reflexiona sobre el tema y refiere algunas de las que considera
falsas luces.
¿Cuántas veces nos
arengaron a tener esperanzas porque, finalmente, ya se vislumbraba la luz al
final de túnel? Claro, se refieren a la luz que anuncia el final de una época
sombría y la llegada de un día espléndido.
Pero hace poco
encontré una versión diferente, «desconfía de la luz al final del túnel: ¡puede
ser un tren que viene en sentido contrario!».
Luego de reírme, me
puse a pensar en que no sería nada gracioso para el gerente que, al ver alguna
luz, se lanza hacia ella creyendo que es una solución, pero al final, muy tarde, se da cuenta
que es una amenaza peor que de la que estaba huyendo.
Y claro, no podemos
reprocharles nada puesto que es natural que, ante la angustia y la
desesperación, cualquier luz nos parezca esperanzadora y nos arrojemos hacia
ella sin reflexionar mucho.
Tomando dos ejemplos
no relacionados y guardando las distancias, es así como a veces los mortales
nos enfrentemos al matrimonio, ¿no? Otro ejemplo es cómo funcionan algunos
sistemas para eliminar insectos fotofílicos: se les atrae con una luz para
atraparlos y luego se matan. Cualquier
parecido entre los dos ejemplos y nuestras vidas es pura coincidencia.
Volviendo a nuestro
tema, preguntémonos, cuáles son las falsas luces de esperanza al final del
túnel que siguen gerentes y empresarios en nuestro país. Sin ser exhaustivo, en
mi opinión, cuatro de las más frecuentes son:
Primero, creer que con reducir personal se va a
salvarla empresa. Esto, que es
un paliativo a veces inevitable para salvar el maltrecho flujo de caja, suele
destruir el talento y la capacidad colectiva que tanto esfuerzo y dinero le
costó construir a la organización afectando sus perspectivas de largo plazo.
Segundo creer que la solución es dejar de
producir y volvernos importadores, pero en realidad con ello deterioramos más nuestra capacidad
competitiva, empobrecemos más aun nuestro alicaído talento productivo y empobrecemos
nuestros mercados, pues aumenta el desempleo y se disminuye la capacidad de consumo.
Tercero, creemos que se logrará el punto de
equilibrio si presionamos lo suficiente a nuestro personal para alcanzar metas
muy altas e irreales. Lo que
realmente generamos es una multitud de prácticas incorrectas, ilegales e
inmorales, que destruyen al equipo o destruyen los canales de distribución de
la empresa o su prestigio.
Cuarto, creer que la única o principal solución
está en conseguir favores del Estado. Esto genera resignación y pasividad en ciertos sectores empresariales
que han concentrado sus esfuerzos en el cabildeo y el lloriqueo. No negamos la
necesidad de políticas estatales de incentivo y corrección, pero restringirse a
ellas es tremendamente antiemprendedor.
Es importante
comprender el círculo vicioso en que estamos. Cuando se toman estas medidas
desesperadas nos justificamos diciéndonos que, dada la grave situación no hay
más remedio. Pero esos mismos gerentes ignoran que las pseudosoluciones agravan
más la situación y luego se ven forzados a tomar más pseudosoluciones, lo que
agravará más la situación y así hasta la destrucción de la empresa y de la
industria nacional.
Pensemos qué tipo de
empresas, de economía y de país estamos logrando con estas actitudes. ¿Qué tipo
de hábitos gerenciales estamos desarrollando? Ni nuestra competitividad (en
productos de valor agregado) ni la capacidad de nuestras empresas para competir
internacionalmente están mejorando.
Distingamos las luces
de esperanza de aquellas de los trenes que vienen en sentido contrario, listos
a arrollarnos. Aunque reconozco que eventualmente pudieran ser o parecer
paliativos eficaces, las pseudo-soluciones no son soluciones o, por lo menos,
no son las verdaderas soluciones de largo plazo que nuestras empresas y nuestro
país necesitan.